WELCOME, WILLKOMMEN, KALOSÓRISMA, BIENVENUTO, BIENVENUE, BEM- VINDO, YOUKOSO... BIENVENIDOS...

... A mi mundo, a mi espacio, a mi libertad.... A mis puteadas, a mis enojos, a mis caprichos, a mis verguenzas, a mi mal humor, a mis quedadas mal...
A mi risa, a mi vida... cotidiana.. ya vivida, olvidada y recordada,
a TODO lo que me rodea...
A vos, al mundo... hecho por hombres de carne y hueso, sentimientos y deseos... de placer, necesidades... de odio... sexo, anhelos y amor.

Entrá y leé!...

sábado, 5 de diciembre de 2009

MASAJE EXPRESS

Harta, aburrida, embolada y deprimida de estar sin trabajo, ya casi por un año, decidí, luego de una charla de café con amigas de la facu, intentar dedicarme a lo que me gusta, a lo que sé hacer y disfruto día a día. Esas cosas las cuales le llenan el alma a uno y le hacen bien.

Durante el viaje en el 132 de regreso a casa, me la pasé pensando que carajo me gusta hacer. Me gustan tantas cosas y que además se hacer y a la vez, siento que no sirvo para nada, son rayes del momento igual… en fin, pensaba que era lo que sabía hacer… bien… y me hice una lista mental: maquillaje, artesanías, reiki, tarot. A qué podría dedicarme eficazmente? No sé, hasta ese entonces no me lo respondí. Bajo del bondi, y a una cuadra de casa paso por un centro de estética que esta ahí hace como 2 años… y nunca le había prestado atención. En el vidrio decía: maquillaje, masajes, reiki, belleza de pies, depilación, manicura. Completito, completito! De seis cosas que decían, sé hacer dos… ya fue! Cruzo y les dejo una tarjeta… total… que pierdo? Nada, no tengo nada que perder. Y como dirían mis amigas, el NO ya lo tenés! Crucé, toqué timbre y me atendió una mina, que resultó ser la dueña. Le cuento mi situación decadente, patética y lamentablemente común, de estar sin trabajo hace un año, y que quería dedicarme de a poco a lo que me gusta. Le dije que soy reikista de 2do nivel, así que por lo tanto estoy apta para hacer tratamientos. Automáticamente, como si no le importara lo que le dije, me preguntó si sabia hacer algo mas. Si! Dije orgullosa del curso de mierda de maquillaje que hice no se donde…dije: soy maquilladora social. Y me dice, buenísimo! Y sabes hacer algo mas? (a ver… que soy? la chica estética!? No es suficiente dos cosas de seis?) tardé en responderle a causa de mis pensamientos y en eso, se cruza un vago recuerdo de un curso de masajes que hice hace 3 años aproximadamente, el cual dejé en su momento y no terminé jamás porque mi ex no quería que toque otros cuerpos (¿?). Le comenté a la rubia típica de centro femenino, que tengo un curso hecho de masajes, sin terminar. Tomo nota de lo dicho. Muchas gracias! fueron sus palabras, sin respuesta. Me fui. Que carajo me iba a llamar? Dos de seis… se ve que no es suficiente. Llego a casa, mamá estaba cocinando, mi hermano en la PC. Me tiro a ver tele un rato antes de seguir con mi súper vida al pedo, y suena el teléfono. Imagine que podría ser cualquier persona, pero cualquiera literalmente, menos ella, la rubia spa. Entre tanta cortesía me informa que a las 16.30 de ese mismo miércoles, iría un cliente para un masaje descontracturante y que me esperaba. Le repetí, con mas énfasis, que no había terminado el curso! Evidentemente no le importó, no me escucho o no entendió, te espero a las 16.30, dijo. Mas responsable que nunca llegue a las 16 hs. (no me di cuenta que quedaba a una cuadra de casa y que no iba a tardar tanto). Llego, ella estaba atendiendo, se va la cliente a la cual le hacia las manos y pasa a mostrarme el lugar y designarme un gabinete para trabajar. Terminando con la explicación, suena el timbre, había llegado el cliente. Abro la puerta, me saluda y le indico el gabinete donde seria la sesión. Entramos los dos, y le muestro que sobre la camilla lo esperaba un pantaloncito bordo horrible, que brinda el centro, para que los clientes se pongan cómodos. A punto de cerrar la cortina para retirarme y el se cambie, me consulta si puede obviar el pantaloncito, que no quería usarlo. Muda, sin palabras, lo observo de arriba abajo en un santiamén, y que podía decirle? Honestamente, estaba bárbaro! Tenia una espalda divina, alto, flaco, bien formado, y el detalle de un collarcito al estilo playa, bien pegado al cuello. Como quieras! Como te sientas mas cómodo! Dije, cuidadosamente sin que se note mi baba. Al volver, esperaba sentado en la camilla, en boxer blanco…. y nada más. Le digo que se recueste boca abajo y al tenerlo de espaldas, no hice más que taparle su parte trasera con una toalla, para trabajar más cómoda, claro. Me habré quedado dos minutos viéndole la espalda, no por lo hermosa que era, sino porque no me acordaba como empezar. La última vez que hice masajes profesionalmente fue hace tres años, me temblaban las manos. Sudaban! Puse unas gotas (mas bien chorros) de aceite relajante con extractos de aloe vera en mis manos y acaricié su espalda… sin dejar que se absorba, masajee su espalda con crema sedante. Masajee, masajee y masajee como hace años no lo hacia. Me sorprendí de mi misma, no me canse para nada, estaba bien, con calor, pero bien. Miraba el techo, cantaba las canciones que conocía del CD que se escuchaba de fondo, y seguía masajeando. En un momento bajé la cabeza y volví a mirar su espalda…. No tendría que haberlo hecho. La pasta que se había formado en su espalda tenia el grosor de una mascarilla facial. Potente. Como carajo se la sacaba ahora? No podía pasarle la toalla y hacer de cuenta que no pasó nada… como disuelvo esto?!!? Entré en crisis, me di cuenta que empecé a masajearlo mas rápido, mas fuerte también. Igual, parece que le gustó ese momento de euforia, se durmió. Luego de un rato largo sobre su espalda, no recordaba si las extremidades se incluían en el masaje descontracturante. Mientras pensaba, seguía en su espalda. Por las dudas, mejor que sobre y no que falte, no? Le agarré una pierna. De arriba abajo, le agarré la otra. Y volví a su espalda. Asomo mi cabeza por fuera de la cortina y en señas le pregunto a la rubia spa cuanto falta para terminar. Desesperada me dice que termine ya! Me había pasado 20 minutos. Me emocionó el reencuentro con los masajes? O el cliente? No sé, la cuestión es que me gustó el hecho de volver a hacer lo que me gusta, lo hago con ganas, con mucha onda y eso, me hace bien.