WELCOME, WILLKOMMEN, KALOSÓRISMA, BIENVENUTO, BIENVENUE, BEM- VINDO, YOUKOSO... BIENVENIDOS...

... A mi mundo, a mi espacio, a mi libertad.... A mis puteadas, a mis enojos, a mis caprichos, a mis verguenzas, a mi mal humor, a mis quedadas mal...
A mi risa, a mi vida... cotidiana.. ya vivida, olvidada y recordada,
a TODO lo que me rodea...
A vos, al mundo... hecho por hombres de carne y hueso, sentimientos y deseos... de placer, necesidades... de odio... sexo, anhelos y amor.

Entrá y leé!...

viernes, 28 de enero de 2011

HOY

Que todo lo que pensé que era eterno, se vuelva infinito…

Que todo lo que deseé tener, se vaya más lejos aún…

Es posible que ahora no tenga nada,

Es posible que todavía no encuentre el camino y no sepa donde dejé mi vida.

Hay cosas que perdí tiempo atrás pero ya no busco,

Valorarlas hoy es recordarlas mañana.

Situaciones que te marcan y te dejan su huella sin que te des cuenta,

Sin que quieras aprendes con tu dolor.

Y te haces más fuerte, aunque pienses que sos débil.

Sos sensible, pero las lágrimas no se caen.

Hoy soñas, mientras intentas apoyar un pie en la tierra.

Y todo, absolutamente todo, está mas lejos que nunca,

tan lejos que ni te animas a pensarlo. Anhelas.

Y es mejor, aunque putees y mandes todo a la mierda,

sabes que un día, llegas.

viernes, 7 de enero de 2011

LÍNEAS PINTADAS

A veces tener una hoja en blanco es igual a tener un lienzo sin pintar.
Miles de paisajes en mente,
uno más lindo que el otro,
uno más significativo que otro,
uno más tuyo que otro,
pero no sabes cuál pintar primero.
Hay frases,
vividas intensamente,
palabras que unidas son una oración inolvidable
y que desunidas sólo provocan angustia y malestar.
Tenes flora por pintar, diferentes especies, en diferentes lugares.
Y varias personas a las cuales dedicarles esas líneas que tal vez jamás lean,
ni vean en tus pinturas.
En ambos involucras sentimientos y verdades.
Necesidades y penas.
Momentos de felicidad que fomentan los colores de tus telas o los párrafos de tus escritos.
Y que quedan ahí, colgados en tus paredes,
llenos de polvo o tapados con sábanas blancas.
Sin colgar, sin regalar.
Quedan esos papeles escritos a mano,
tipeados y algunos también mecanografiados.
Están acumulados, amontonados y guardados en cajas de zapatos, interminables.
Esperan por alguien para ser observados y en otras ocasiones, leídas.
Cuando pensas que es el último paisaje que verás,
las últimas líneas que escribirás,
sabés que no es así.
Tu alma se refleja en cada uno de esos pinceles, en cada una de esas letras.
Se te va el espíritu creando…
Es imposible separar la realidad de la imaginación.
Vivís en un paisaje, tu vida son esas líneas.
Experiencia.
Caminos llenos de tierra y piedras,
con sol, con lluvia.
Cielos celestes y violetas.
Pájaros naranjas con alas amarillas.
Campos verdes y turquesas, con flores y árboles.
Arcoiris.
Y cuando cae el sol, todo es oscuro,
tus paisajes se convierten en grises con tintes negros.
No ves el cielo, tampoco el suelo.
Llueve y los árboles están sin hojas.
No hay pájaros, sólo agua, ríos que nacen en tus ojos y recorren tu cuerpo.
Viento que te despeina.
Basura que te molesta e intenta confundirte.
Y escribís.
Miras esos cuadros como si fueran un punto fijo,
reflejados en líneas que sólo entendes al vivirlas.
Nada importa como antes.
Escribis y lees interpretando lo mismo,
Es el mismo punto de partida,
Que se repite sucesivamente.
Todavía no sabes cual es,
La intensidad de tu búsqueda te llevará a él.

jueves, 6 de enero de 2011

BLA, BLA, BLA

El valor de las palabras. Eso que decís y que pensas que no tiene valor. Eso que expresas sin saber que del otro lado te escuchan, te entienden y esperan que esas palabras tengan un valor, cierto respeto a cumplir.
Sea lo que sea, una palabra no dirá mas que una mirada, pero inconscientemente siempre del otro lado esperan que las cumplas.
Desde que alguien por la mañana te dice “buen día”, esperas sin saberlo, pero sí deseando que realmente ese sea un buen día y no esas mierdas, inventos de bienestar. Y empezas tu día hablando… diciendo todo lo que tengas ganas de decir y sin querer, atrayendo todo lo que pensaste. Desde la primer puteada hasta el último agradecimiento.
Atraes todo y después de un largo tiempo te das cuenta que fuiste vos el causante de todo, que si hubieras prestado más atención a las palabras reproducidas, a los deseos imposibles, a los anhelos y necesidades que expresaste, nada sería como es hoy.
¿Cómo te sentís? ¿Es bueno o malo lo que tenes? ¿Ya lloraste por las palabras que dijiste y dejaste sin cumplir? ¿Sirve de algo si nadie te espera?
Todo cambia cuando esas palabras las recibe alguien que te cree. Nada está demás. Te perdes y te encuentran estés donde estés. Todo es distinto. Las palabras valen más. O simplemente valen… cuando te las digo, las escuchas y me crees. Me encontras.

martes, 4 de enero de 2011

PRIMERAS GOTAS

Ayer cayeron las primeras gotas de la primera lluvia del año en Bahía Blanca.

Y cayeron también mis primeras lágrimas en silencio, debidas a motivos varios, inventados o no, imaginarios o no, reales y dolorosos.

Intenté expresar y expulsar el agua con sabor amargo de mi cuerpo que se transforma lentamente en salada, en pequeñas cantidades y con forma de cristal. No lo logré. Necesito hacerlo como a veces necesito un lugar donde escapar y ser yo.

En estos días de paz reviví momentos y situaciones que pensé no volver a contar. Me escuchaba mientras daba a conocer parte de mi historia vivida en este último año, sentía la misma angustia y tal vez un poco más como si hubiese pasado el mismo día en que recordaba. Porque el recuerdo te hace eso. A veces te juega tan en contra que es inmanejable, todo pierde el control emocional, no hay salida ni escapatoria, una vez que estas inmersa en un recuerdo, todo adopta el tiempo, a la imagen y semejanza de ese día.

Volví a sentir. Pero no lloré, más que en silencio. Miré dos películas tristes, dramáticas y de amor. No dieron resultado.

Insisto en llorar, no en sufrir, pero si en sacar todo lo que está acumulado en lo más profundo y no puedo. Y cuando pasan estas cosas es cuando pienso y me pregunto si realmente tengo tanto dolor como siento o simplemente mis ilusiones van mas allá de todo.

¿Pienso más de lo que siento o siento más de lo que digo?

Tal vez diga más de lo que hago, o haga más de lo que pienso, sintiendo.

Naturalmente las cosas me duelen pero no hasta derramar lágrimas.

Pasó mucho tiempo desde la última vez que lloré con ganas. Esos llantos acompañados de gritos y sudor frío. De deseos de desaparición y muerte.

¿Habré vuelto a sentir algo más después de ese sufrimiento?

Hay días en que pienso que sí, pero cuando veo que no hay ninguna reacción más que el silencio, me pregunto nuevamente si todo es tan grave.

Hoy nada me hace llorar. Ni la película mas triste, ni la muerte menos esperada, ni el amor más sufrido, ni la desilusión mas grande, ni las palabras más dolorosas, ni el golpe más duro, ni los recuerdos más vivos. Nada.

Porque realmente todo lo grave empieza y termina en mí.

La importancia se la doy de acuerdo a como me despierte ese mismo día o de acuerdo a como me acueste la noche anterior.